jueves, 4 de abril de 2013

Una historia poco común

Entonces aquella gota de lluvia se poso sobre mi mejilla, y deslizándose poco a poco se fue fusionando con las lagrimas que caían de mis ojos. Mi mirada ya no decía nada, solo miraba al infinito mientras mi cuerpo descansaba a las orillas de un rio. Lo único que se podía escuchar era las gotas de agua cayendo en la superficie del rio, aquello me relajaba, era lo único que había conseguido relajarme desde hacía mucho tiempo. No podría decir cuanto tiempo llevaba allí, solo sé que desde que llegué no había dejado de llorar.
Siempre me han dicho que debo ser fuerte, que no debo llorar, que aguante, que siga adelante, pero no puedo, ya no aguanto más, mi cuerpo apenas responde, continuamente tengo miedo, apenas salgo de casa, los pocos amigos que me quedan no entienden porque sigo aguantando, dicen que sólo yo puedo terminar con esto, que no depende de nadie más que de mi, pero no me veo capaz de terminar con esta tortura, solo le encuentro una solución pero esa única solución me da más miedo que el mismísimo infierno.
Poca gente entenderá mi situación, continuamente aparecen casos parecidos en la televisión, pero ninguno es como el mio, es como si no existieran, como si fuera una locura, una fantasía, algo imposible, pero se dan y existen pero la gente se lo toma a broma, piensan que es broma y que lo que sufro es todo mentira...

Os voy a explicar como empezó todo, fue hace unos años, cuando empecé el instituto, por aquel entonces yo salia cada fin de semana de fiesta, disfrutaba de las sensaciones que me ofrecía el alcohol y fue uno de esos fines de semana cuando conocí a la persona que cambiaría mi vida.
Todo comenzó como cualquier sábado, quedé con amigos y conocidos a las seis de la tarde en la plaza de la ciudad, cuando nos juntamos todos fuimos a la casa de uno de mis amigos, el cual tenía diecinueve años y tenía casa propia ya que sus padres le abandonaron en cuanto este cumplió los dieciocho. Mi amigo había conseguido gran cantidad de bebidas con varios grados de alcohol, entonces yo comencé a beber. No acostumbraba a hacerlo habitualmente, pero aquel día era un día especial, era el último día de clase, justo antes de las vacaciones de verano, y había que empezar a lo grande.
Mi mejor amiga me ofreció un pequeño vaso y me dijo que lo bebiera de un solo trago, yo la mire con cara de desconfianza, pero ella me sonrió y yo lo bebí, note como aquel liquido bajaba por mi garganta y comenzaba a quemarme todas las entrañas. Ardía. Enseguida conseguí un vaso de agua y lo bebí de un solo trago, aquello solo empeoró la situación, ya que fue como volver a beber de nuevo aquel fuego liquido. Cuando se hubo calmado aquel ardor seguí bebiendo, pero cosas más suaves, ya que pensé que aquel contratiempo no debía arruinar mi noche.
No tardé demasiado en empezar a decir cosas sin sentido, aquella habitación poco a poco se iba llenando de gente o eso me parecía a mi, todo daba vueltas, no sabía que hora era, ni me preocupaba, la música se colaba por mis tímpanos y revotaba en mi pecho, el olor a tabaco me empezaba a invadir, entonces, todo el alcohol que había bebido aquella noche decidió montarse su propia fiesta en mi estomago, el cual se empezó a revolver. Salí corriendo de aquel lugar lo más rápido que pude. Conseguí bajar las escaleras del piso e ir a un parque que había allí cerca, entonces caí al lado de unos arbustos y comencé a vomitar. Cuando terminé, me senté y comencé a llorar, no por nada en especial, simplemente por el malestar. Entonces apareció esa persona que os vengo diciendo, se acercó a mi y me apartó el pelo de la cara. Al ver el estado en el que me encontraba se quitó su chaqueta y me la colocó en los hombros, me ayudó a levantarme y me llevó hasta su coche y de allí a su casa. Según entramos me ayudó a tumbarme en el sofá y me echó una manta por encima, colocándome una papelera al lado por si necesitaba volver a vaciar mi estomago de manera precipitada. No tardé mucho en dormirme.

Cuando desperté un delicioso aroma me envolvió completamente, cuando abrí los ojos e intenté incorporarme las bebidas de la noche anterior despertaron y quisieron salir de mi cuerpo lo más rápido posible. Nunca antes me había sentido tan mal, tenía la boca seca y un dolor de cabeza bastante importante. En cuanto me recuperé un poco me levanté y fui hacía la cocina. Allí estaba, era lo más bonito que había visto nunca, era una persona con un cuerpo perfecto, un pelo dorado como el sol, unos labios que daban ganas de besarlos y no separarte de ellos nunca.
Cuando me vio se acercó a mi y me preguntó si necesitaba que me llevaran a casa, quise decirle que si con la esperanza de que esa perfección transformada en ser humano me acercara, pero no, lo único que salió de mis labios fue un: “puedo ir en taxi”. Tras esa breve conversación cogí mis cosas y me fui, jamás me he sentido tan mal por una chorrada tan grande.
Por suerte, al irme y coger el móvil cogí el suyo en vez del mio, y a las pocas horas recibí una llamada suya y quedamos en un hermoso parque donde se podían ver a varios niños jugar.

Cuando vi su silueta el corazón parecía que se me quería salir del cuerpo. Empezó a latir con tanta fuerza que notaba cada una de mis pulsaciones contra el pecho. Tenía en el cuerpo una sensación que nunca antes había experimentado: en mi estomago se había sustituido el alcohol por miles de mariposas revoloteando a sus anchas y haciéndome cosquillas con sus delicadas alas dentro de mi, en mi cabeza todo rastro de pensamiento desapareció, mis manos empezaron a sudar como si todo el agua que hay dentro de mi cuerpo quisiera salir por las palmas de mis manos y mis piernas comenzaron a temblar como si acabasen de correr una maratón. A pesar de lo desagradable que pueda parecer me gustó aquella sensación.
Cuando se acercó nos dimos un beso en cada mejilla, y nos intercambiamos los teléfonos. Tras un silencio un tanto incomodo me invitó a dar una vuelta, así que comenzamos a andar. Me contó varias cosas sobre su vida, me dijo que desde hacía unos años se dedicaba al boxeo y que se le daba bastante bien, yo le conté algunas de mis aficiones, le dije que una de las cosas que más me gusta es dibujar, a lo que respondió lo que mucha gente responde: “¡Oh! algún día tendrás que hacerme un retrato”. Le prometí que algún día se lo haría.
Pasamos toda la tarde juntos y como esa muchas más tardes. Encajamos a la perfección, nos entendíamos, teníamos tantas cosas en común...

Después de unos meses comenzamos a salir, yo en aquellos momentos era la persona más feliz del mundo, tenía a quien amaba a mi lado. No tardamos mucho en ir a vivir juntos.
Todo era perfecto, pero poco a poco las cosas empezaron a torcerse, ya no me dedicaba palabras dulces que hacían que me derritiera a sus pies, ya no me acariciaba hasta que me adentraba en el mundo de los sueños....

Todo cambió en nuestro primer aniversario juntos, aquella persona de la que me había enamorado salió a celebrar con su gente nuestro aniversario sin invitarme a mi, yo no le eché nada en cara, es más, cuando volvió me acerqué para darle un abrazo, pero lo único que me dijo es que si había preparado la cena, cuando le dije que si se acercó a darme un beso en la mejilla. En aquel mismo instante una bofetada de olor a alcohol invadió mi nariz y no pude evitar preguntar si había bebido. Entonces empezó todo, se giró bruscamente hacía mi y me preguntó si tenía algún problema si bebía, yo le dije que no, que simplemente lo dije por curiosidad, entonces empezó a insultarme, a decir que siempre me metía donde no me llamaban, me dijo que era la persona menos indicada para criticar a la gente que bebía, que por una vez no pasaría nada. Cada palabra que decía la decía gritando cada vez más, hasta que al final no se oía otra cosa que sus gritos. Entonces le pedí que por favor se tranquilizara y que bajara la voz. No debí decir eso, en ese momento todo se torció, aquella persona que hacía que se juntarán miles de mariposas en mi estomago se convirtió en la persona que más temería a partir de ese momento. Según terminé de decir la última palabra un puño se acercó hacía mi nariz con firmeza, la cual golpeó, salpicando las paredes y la alfombra de sangre.
No supe reaccionar, pensé que me lo merecía, pensé que aquello había sido a causa del alcohol
A la mañana siguiente según me vio vino a disculparse, me dijo que jamás me haría daño, que no era su intención hacerme sufrir,que jamás volvería a pasar algo como aquello.

Yo creí todas y cada una de sus palabras. Pero mentía. Paso lo mismo una y otra vez, las discusiones parecían no tener fin, los insultos dolían casi tanto como cada uno de sus puñetazos, empecé a taparme el cuerpo con ropa de manga larga para que la gente no viera los grandes hematomas que me cubrían... Cada vez salía menos de casa, no tenía humor para nada y así poco a poco fui perdiendo todos los amigos que tenía. Mi vida se iba cerrando unicamente a esa persona, ya no era una vida, ya no era libre, el amor había conseguido esclavizarme.

La última pelea que tuvimos fue la definitiva, realmente no recuerdo por qué empezó, solo recuerdo sus manos golpeándome repetidamente por todo mi cuerpo, y en ese momento en el que apenas me podía mover del dolor se acercó a mi con un cuchillo ¡Me iba a matar! A pesar del dolor me levanté y salí corriendo tan rápido como pude. Corrí y corrí hasta que las piernas dejaron de responderme, entonces comencé a caminar hasta llegar aquí, a la orilla de este río.



Muchos os estaréis preguntando por qué no denuncié a esa persona ¿no? Pensaréis que si lo hiciera recibiría varias ayudas ¿verdad? Pues no es así, únicamente reciben ayuda las mujeres que son maltratadas por sus parejas, pero cuando la victima es un hombre nadie le toma enserio, piensan que una mujer es incapaz de pegar a un hombre, piensan que el hombre tiene más fuerza que la mujer, pero esto no siempre es así, y cuando intentas denunciarlo apenas le dan importancia e incluso se lo toman a broma. Por eso estoy hoy aquí, viendo la lluvia caer, dejando que sus gotas se mezclen con mis lágrimas, pensando en llevar a cabo la única solución que se me ocurre, el suicidio.

jueves, 7 de febrero de 2013

Recuerdos


Otro de los textos que andaban perdidos por mi ordenador, espero que os guste.

Y entonces ella le agarro de la mano y le subió al piso de arriba donde se encontraban las habitaciones, cerraron la puerta y ella se apoyó, el apoyaba todo su antebrazo sobre la cara de ella mientras la acariciaba el pelo y la miraba a los ojos. Ella con una mirada tierna y traviesa le empezó a besar, pero poco a poco fue separándose de los labios para acercarse al cuello. Luego empezó a bajar y cuando sus labios chocaron con la camiseta decidió retirarla, él estaba completamente concentrado en cada uno de sus movimientos, ella seguía besando su cuerpo a medida que seguía bajando. Entonces llegó a donde estaba el pantalón, y empezó a desabrocharlo, mientras seguía besando su tripa por debajo del ombligo. Pero había algo extraño, en ese juego tan dulce, tan divertido, tan intimo... Ella lloraba, de sus ojos caían lagrimas sin parar, realmente ella llevaba llorando desde que todo comenzó.
Una vez que desato completamente el pantalón lo fue deslizando suavemente hacía abajo, mientra que con sus dientes mordía la goma del calzoncillo y lo bajaba poco a poco. Pero entonces despertó, toda su almohada estaba bañada en lagrimas.
Se puso boca arriba mirando al techo, preguntándose que hizo mal. Ya no sentía a nadie abrazando su cintura, la parte izquierda de la cama estaba totalmente vacía, solamente escuchaba su respiración y el tic-tac del reloj... Se sentía sola e insegura, aquella cama de 2x2 era demasiado grande para una sola persona. 
Se puso a pensar en lo que acababa de soñar. Pensó que le echaba de menos. Pensó que echaba de menos esos juegos, sus abrazos, sus miradas, sus caricias, sus palabras...
Encendió la luz, era una habitación enorme, con muchísimas cosas, pero ella no veía lo que había, ella lo único que veía era lo que faltaba. Faltaba esa chaqueta militar desteñida horrible que ella nunca le dejó ponerse, faltaba la tabla de surf colgada de la pared, faltaba el olor a tabaco que ella siempre le reprochaba, faltaba el gran desorden de papeles encima del escritorio que ella siempre le ordenaba, pero sobretodo, faltaba él...

viernes, 25 de enero de 2013

Traduciendo canciones 1

Vale, ahora me a dado por "traducir lo que dicen algunas canciones que son conocidas, la idea la saque de un vlogger (si con "V") y como me gustó pues se la voy a copiar un poquito. La cosa es coger una canción y decir frase a frase lo que voy entendiendo, lo que yo añada será de diferente color y estará entre paréntesis. Hoy, he cogido la canción del "Tacatá" de Tacabró que supongo que la conoceréis, y la razón por la que la he cogido es porque es esta canción de la que habla el vlogger que os he dicho antes, que por cierto, si queréis ver el vídeo pinchad aquí. Ahora si, vamos con mi interpretación de esta canción.


Tu sabe que cosa es el Tacatà? 
(Lo que usan los niños y los viejecitos cuando no saben/pueden andar)
Te gusta el Tacatà? 
(A mi no, pero a los peques les parece entretenido, supongo)

A mi me gusta cuando las mamitas hacen Tacatà 
(El tacatá no se hace, se usa)
tacatà brò! 

Dale mamasita con tu tacatà 
(Mira, aquí apoyando a las viejecitas que usan el tacatá, que majo)
Dale mamasita tacatà 
Dale mamasita con tu tacatà 
(¿Otra vez?)
Dale mamasita tacatà 
Dale mamasita con tu tacatà 
(Eeehh... Ya lo hemos escuchado...)
Dale mamasita tacatà 
Dale mamasita con tu tacatà 
(¡Ostia! ¿Vale ya no?)
Dale mamasita tacatà 

Mira como dice mi Tacatà.
(¡Que el tacatá no habla gilipollas!) 
Que empieze la fiesta Tacatà. 
(¿Una fiesta de tacatás? WTF?)
La gente bailando el Tacatà, to' mundo gritando Tacatà. 
(Vale... suponiendo que esta canción se titula "tacatá" se supone que la están bailando, pero si usan tacatás no podrán bailar muy bien... creo)
Subele el volume de Tacatà, mueve tu culito Tacatà, tambien el bechito. Tacatà. 
(Esto ya es enfermizo ¡Colega, que son viejas! ¿Te ponen las viejas? ¿Te pone tu "mamasita"? OMG?!)
Romano & Sapienza Tacatà. 
(WTF?)

Oh yeah, pa' la gente que le gusta el Tacatà, ahora digo Atacabrò, ataca yo y el mi tambien. 
(¿Y ahora se están peleando, o como va? Es que no he pillado muy bien esta parte)

La gente bailando y tu bla bla bla.
(¡Pues lógico! Si usas un tacatá no vas a poder bailar, entonces hablas, es lógico)
 Que es y ataca yo, que es battallà. 
(Otra vez con la pelea de antes....)
Le tette muchacho, yo vuelta Tacatà. 
Que todos le gusta, ai mama. 
(¡A ti es al único que le gusta el maldito tacatá, los demás lo odian!)
te veo attacaa y bien sofocaa 
(¡Estas haciendo bailar con un puto tacatá a una abuelita! ¿Qué cojones esperas? ¿Que te aguante toda la noche?)
ecriviendo cositas de este esperao (Sin comentarios eso de escribir con "v")
invente una cosa nueva a la house 
(Mira, en esto tienes razón, nadie habia escrito sobre los tacatás de las abuelitas)
Tacatà bro. 

Dale mamasita con tu tacatà 
Dale mamasita tacatà 
Dale mamasita con tu tacatà 
Dale mamasita tacatà 
Dale mamasita con tu tacatà 
Dale mamasita tacatà 
Dale mamasita con tu tacatà 
Dale mamasita tacatà 
(Simplemente es cansino.)

Mira como dice mi Tacatà. 
Que empieze la fiesta Tacatà. 
La gente bailando el Tacatà, 
to' mundo gridando Tacatà. 
Subele el volume de Tacatà, mueve tu culito Tacatà, tambien el bechito. Tacatà. 
Que empieze la fiesta, tacatà 
(No voy a comentar otra vez lo mismo...)

ella criticando mi música buena. 
(¿Música buena? ¿Dónde?)
que hago con algun, para toda la arena. 
(Quien entienda esta frase, por favor, explicádmela en los comentarios)
dale tomate un vaso de agua con carnela. 
(Supongo que sera alguna receta de la abuelita)
y veras muchachito que te pasan las penas, 
(Lo dicho, recetas de la abuelita)
juege conmigo que yo estoy en candela 
(Ooohhhh... Recordando viejos tiempos... que mono)
tu sabe yo soy el rey de las nenas. 
(¿Y le dices esas cosas a tu abuela? Pobrecita...)

Uela muchaco, Tu sabe yo soy candela, tu sabe yo soy el rey de las nenas. 
y que pone las cosas buena. 
y ya todo el mundo sabe que lo canten de La Habana. 
(De aquí hasta el final, sin comentarios...)

ta, ta, tacatà. 
Dale mamasita con tu tacatà 
Dale mamasita tacatà 
Dale mamasita con tu tacatà 
Dale mamasita tacatà 
Dale mamasita con tu tacatà 
Dale mamasita tacatà 
Dale mamasita con tu tacatà 
Dale mamasita tacatà 

Mira como dice mi Tacatà. 
Que empieze la fiesta Tacatà. 
La gente bailando el Tacatà, 
to' mundo gritando Tacatà. 
Subele el volume de Tacatà, mueve tu culito Tacatà, tambien el bechito. Tacatà. 
Que empieze la fiesta, tacatà 

hacete tacatà, que te gusta a ti mami. 
ta, ta, tacatà. 
ahhhhhh. 
tacatà bròò.

Bien, después de leer esto, voy a decir solo dos cosas:
 -La letra la he cogido de musica.com, con lo cual doy por hecho que la a subido algún seguidor de esta gente, así que si estas leyendo esto, por favor, mejora tu ortografía, mis ojos y yo te lo agradeceremos.
 -Que sepáis todos que os habéis pasado el verano bailando una canción que habla de el tacatá de una abuelita. Ahí lo dejo.

viernes, 18 de enero de 2013

Amor verdadero

Esta entrada la escribí hace bastante tiempo en un tablón de tuenti y al volverla a leer volví a sentir la misma sensación de cuando la escribí por primera vez, así que he decidido publicarla aquí haciéndole un par de cambios. El texto en cuestión, habla de un amor que se que todos tenéis cada año. Espero que os guste.

Tengo ganas de ti, de sentir tu calor sobre mi cuerpo desnudo en la profundidad de mi cama. De que me hagas sudar en esas largas noches junto a ti. De que al abrir la ventana se inunde mi habitación de tu olor tan particular y a la vez dulce. De sentir la necesidad de tumbarme sobre la hierba y respirar profundamente, sabiendo que tu estas aquí. De sentir la libertad en mi cuerpo que solo tu me otorgas. De sentir mi mente en paz y saber que todo es posible y que aunque algo salga mal, saber que gracias a ti podré disfrutarlo igualmente. Tengo ganas de tenerte junto a mi y no tener prisa porque pase el tiempo. De tener la sensación de que lo nuestro durará para siempre, aún sabiendo que no es verdad, pero aún así me alegra saber que cada año volverás y que lo pasaremos tan bien como el anterior y me alegra saber que sabes que siempre te espero con las mismas ganas, por favor, no me faltes nunca, verano....


viernes, 11 de enero de 2013

Longboard

Esta entrada la escribí, justo después de venir de andar en long y pensar que es de las mejores sensaciones que existen en este mundo, las cuales quería compartir con vosotros.

Poca gente lo entenderá, es una de esas sensaciones personales que aunque otras personas te digan que sienten lo mismo tu sabes que no es así. Es una sensación única, tuya y de nadie más. Es sentir el viento en la cara, sentir como tus pies se funden con la lija, la lija con la tabla, la tabla con las ruedas y estas a su vez con el asfalto. Es sentir que tienes el control de todo, saber que cada movimiento lo eliges tu. Sentir como el sonido de las ruedas sobre el asfalto entra en tu mente y es lo único que escuchas. Es sentir como todo ello hace que te evadas de los problemas, que los olvides, aunque solo sea por un instante. Seguramente poca gente que lea esto entenderá de que estoy hablando, pero la gente que lo haya entendido sabrá que es algo irremplazable.

Historia de zombies (Parte 2)

Aquí tenéis la segunda parte de la historia de zombies, esta vez trato de narrar la historia de Miriam, la niña que se encontró la protagonista.


Me desperté con el sol de la mañana, Miriam seguía placidamente dormida apoyada en mi. Por primera vez desde que la encontré se la veía tranquila.  me estiré un poco, tratando de moverme lo menos posible, no quería despertar a la pequeña.Aún así ella se despertó, me miró y sonrió.
Se notaba que hacía tiempo que lo había estado pasando mal, tenía la mirada cansada y no paraba de mirar a todos lados mientras hablaba conmigo, tenía el pelo manchado de sangre seca pero aun así se veía que el color natural de su pelo era castaño claro, además tenia los brazos llenos de moratones y rasguños, estaba claro que había tenido que aprender a defenderse ella sola ya que en su familia estaban todos demasiado preocupados en salvar sus propias vidas como para preocuparse por la de su hija. En ese momento me entró curiosidad, quería saber si me equivocaba así que decidí preguntarle por su historia.
Me contó que desde que todo esto empezó sus padres la gritaban mas de lo normal, estaban nerviosos, discutían a menudo sobre como sobrevivir a aquella locura y más de una vez por culpa de esos nervios la pegaron, lo cual solo conseguía que Miriam se sintiera rechazada y que tuviera más miedo del que realmente tenía. La única que conseguía que ese miedo desapareciera era su hermana mayor, Susan,  la cual la abrazaba y le cantaba hasta que ella se quedara dormida. 
Un día, mientras Miriam acompañaba a Susan a hacer la colada escucharon como entraron un grupo de monstruos en casa, entonces en el piso de arriba se oyeron los gritos de miedo de los padres, se oía como el padre de ambas gritaba que se escondieran y como le gritaba a la madre que se fuera, tras esto un grito desgarrador dejo todo en silencio. Pero ese silencio duró más bien poco, porque la madre no tardo mucho en dar su último aliento. Ya solo se escuchaban los mordiscos y como la carne de sus padres se desprendía de los huesos para más tarde ser engullida por algo que meses atrás fue una persona normal... Durante todo este barullo Susan  metió a Miriam en la lavadora y se quedó inmóvil, tratando de encontrar un escondite para si misma, al no encontrarlo se fijó por última vez en su hermana pequeña y se dio cuenta de que se la veía demasiado, justo en ese momento calló rodando escaleras abajo la cabeza de su padre, la cual era perfecta para que Miriam pudiera esconderse tras unas sabanas y usar la cabeza para contrarrestar su olor y que esos monstruos no se fijaran en ella. Entonces fue cuando empezaron a bajar muchisímos de esos seres, sedientos de sangre... En ese  momento la hermana de Miriam fue corriendo hacía ellos, consiguió esquivar a algunos, pero una vez que llegó al piso de arriba se vio rodeada y entre todos la devoraron. Apenas 10 horas después la encontré yo.
Se me saltaban las lágrimas mientras la niña me narraba lo sucedido. Cuando me vio llorar me abrazó y me dijo algo que hizo que se me enterneciera el corazón aún más: "Tranquila, no llores, prefiero que mis papás estén en el cielo, así no serán nunca de los bichos malos".

viernes, 4 de enero de 2013

Te quiero.

Este es un texto que estaba escrito en mi antiguo blog, pero que cuando lo escribí, realmente sentía lo que estaba escribiendo y lo he querido publicar aquí también.

Te veo,

me miras,

te miro.

Me sonríes,

te sonrío.
Me hablas,
te escucho.
Digo idioteces,
te hago reir,
me siento feliz.
Me cuentas una anécdota,
me fijo en tus ojos, tus labios, tu risa...
Entonces ¡te escucho!
Nombras a otra.
Ya no sonrío.
Dices que la quieres.
Quiero llorar.
Te brillan los ojos,
se inunda mi alma.
Confias en mi,
me alejo de ti.
Me abrazas,
te abrazo.
Me das las gracias por escucharte.
Me aparto,
sonríes,
sonrío...
Te vas,

te espero, te quiero...



Te quiero

Historia de zombies (Parte1)

Bien, este relato es uno que empecé hace tiempo y no supe continuar, principalmente porque no tenía la suficiente inspiración. Pero aún así he decidido ir escribiéndola por partes y publicándola aquí. Espero que os guste y me deis vuestras opiniones.

Esto empezó hace más de lo que nosotros creíamos, realmente todo empezó allá por el año 2002, las empresas que trabajaban con residuos nucleares se estaban quedando sin sitios donde depositar dichos residuos, el único lugar que les quedaba libre eran los cementerios, era un lugar donde el maldito gobierno no iba a sospechar, además ¿Que iba a pasar? ¿A quien iban a dañar? ¿A los muertos? Sonaba a chiste...Eso era entonces, hoy, 15 de mayo de 2169, ya no tiene tanta gracia.
Hace 3 meses que no veo a ningún humano sano... o vivo... llevo desde hace más de 5 años vagando sola por la ciudad, intentando salvarme a mi y a mi familia. Mi pequeña Soffy, apenas tenia 6 años cuando esos descerebrados se apoderaron de ella, no podía defenderse... No consigo sacar sus gritos de dolor de la cabeza... Recuerdo a Mike intentando rescatarla. Jamás les volveré a ver...
Los lugares oscuros se han vuelto altamente peligrosos. En la noche parece que el infierno renace de nuevo en la tierra, con todos esos demonios cabalgando a sus anchas por la ciudad, buscando cerebros frescos con los que alimentarse. Pero cada vez queda menos gente, menos animales, menos comida... los recursos se les están empezando a agotar y sus instintos animales tienen cada vez más fuerza, su olfato se a agudizado, a la vez que el oído, y yo mientras tanto tengo que guardar cobijo en una cabaña de leñadores en el monte, a las afueras de la ciudad. Hay noches en las que les oigo y siento miedo, un miedo que jamás os podríais imaginar a no ser que viváis una situación como esta, la cual no os recomiendo.
En estos últimos días e estado tratando de avanzar hacia el oeste, puede que allí encuentre a alguien con vida...Pero a la vez que yo esos monstruos también desean encontrar gente viva para poder alimentarse. Yo tengo que sobrevivir a base de raíces y plantas de los bosques, ya que si consigo algo de comida ellos la huelen y podrían encontrarme y no tengo intención de darles pistas sobre mi paradero.
Llevo dias andando, no se cuanto e avanzado, ni lo que me queda por avanzar, no puedo usar coches, ni autobuses, ya que no quedan reservas de convustible.
Cada dia tengo que buscar un nuevo refugio, lo cual no es nada facil, ya que esos monstruos tambien los buscan para protegerse de la luz solar durante el dia, al menos es facil saber que sitios usan, ya que su olor no es muy agradable que digamos...
Hoy, en mi búsqueda por un nuevo escondite he encontrado una casa, estaba completamente tapiada, así que pensé que tal vez podrían haber refugiados, me equivocaba, al entrar lo único que pude ver era una inscripción en la pared, con sangre, en la que se podía leer: "el fin esta cerca, que dios se apiade de vosotros". Toda la habitación estaba llena de crucifijos y papeles llenos de oraciones, por lo visto a la familia no les sirvió de mucho, ya que junto a la chimenea estaban los esqueletos de estas personas con restos de carne y esto solo podía significar que los caminantes de la noche habían estado allí poco antes que yo... Justo mientras estaba observando este espectáculo escuché un ruido, venia de otra habitación, entonces cogí un jarrón de porcelana, por lo visto era carísimo, pero obviamente en aquella situación no me importaba, fui a la planta baja, de allí venia el ruido, al encender la luz pude ver que allí era donde tenían todos los electrodomésticos,lavadora, secadora y estas cosas, entonces volví a escuchar el ruido, venia de la lavadora, al asomarme empecé a vomitar, lo primero que vi fue una cabeza cortada con los ojos en blanco y chorreando sangre. Después oí unos sollozos, entonces abrí la puerta de la lavadora y deje caer la cabeza, justo detrás de ella pude ver a una niña, una niña de 3 años, completamente cubierta de sangre, intentando hacerse la muerta, la pobre estaba muerta pero de miedo. Yo en ese momento no sabia como reaccionar, lo único que se me ocurrió fue coger una manta de el cesto de la ropa sucia y coger a la niña. Estaba temblando. Me senté en el suelo, abrazándola. No dejaba de llorar. Cuando se tranquilizó me contó que los asesinos aquellos habían matado a su familia y se la había comido, yo le dije que podía estar tranquila, que todo saldría bien. Ni yo me creía mis palabras...
Después de lavar a la niña y cambiarla de ropa busque alguna cabaña o algún sitio para acampar, como no vi nada seguro lo que hice fue trepar a un árbol y con la ayuda de una cuerda subí a Miriam, así se llamaba la pequeña, una vez arriba nos atamos las dos bien fuerte al árbol, allí estaríamos a salvo, aunque nos vieran allí no podrían subir.

(Leo fatal y tengo voz horrible porque lo grabé estando mala, aún así espero que os guste la idea y trataré que los siguientes vídeos sean de mejor calidad.)